Es cierto que se habían visto en un par de ocasiones, pero, ver para creer, hasta ese día, nunca se habían mirado con buenos ojos. A pesar de que ninguno de los dos deseaba que la noche terminase, la despedida se desarrolló en un abrir y cerrar de ojos.
-Hasta la vista -le dijo él sin pestañear.
-Nos vemos -contestó ella bajando la mirada.
Saltaba a la vista que ambos se había echado el ojo. Bien mirado, no era un mal comienzo para dos miopes.
10 comentarios:
¡Ojiplático me has dejado! Lo mejor que he visto en muuucho tiempo.
Por lo visto tú también eres miope. ;)
Un ojo que completa al otro. Pero el ojo mira, o mira el corazón?
Unas veces miramos con los ojos y otras con el corazón, aunque la mayor parte del tiempo bizqueamos. :)
[¡Te sienta fenomenal el corte!].
Y por cierto que se ve muy bella la aristocrática princesa Neko.
No hay mirar más hermoso que el de un felino.
Que bonita la historia, nos dirás como acaba?
Se mira (miento) pero no se toca (miento).
ayyyyyy qué bien miran los gatos... (que nadie les ponga gafas a los protagonistas, su mundo es más bonito así seguro)
Que bonita!! me recuerda al comienzo de una historia que conozco.
Muxas gracias wapa por sacarme una sonrisa :)
besos
Zombi: bueno, el mirar felino comparte podio con las cosas esas envueltas en hojas de parra que sirven tus amiguetes griegos. Ay, qué hambre tengo... ¡Quiero una cerve fresquita y un bocata de calamares!
Carmela: ¿cómo te gustaría que acabase?
Al: jajajaja... ¡Eres increíble, Al! Haciendo mías las palabras de mi adorado José Luis López Vázquez en Atraco a las tres: "Aquí la Nata, una admiradora, una amiga, una esclava, una sierva".
Ari: el final queda en manos de Carmela, si se anima... Pero estoy contigo, sin gafas todo se ve muuucho mejor (sobre todo si las pierdes). :)
Anónima: ¿wapa? ¿Se te ha olvidado firmar, primilla?
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