Casi todo en orden

Como soy incapaz de organizar mi caos vital, he decidido, al menos, ordenar mis pinturas, pinceles y demás. Así que me he puesto manos a la obra y... En fin, este es el resultado. Unas manitas de pintura aquí y allá y la caja estará preparada para albergar a sus nuevos inquilinos.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

El caos se combate con razonables dosis de anti-entropía.

Puede conseguirse anti-entropía en ciertos establecimientos de algunas capitales. Recomiendo la que se comercializa en tarros de cristal.

Una pildorita de anti-entropía tiene los mismos efectos energéticos que medio kilo de plátanos batidos en medio litro de leche y diez cucharadas de cola-cao, pero sin efectos colaterales.

Pero uno no se compra la anti-entropía (que está cara últimamente) con fines energéticos. La intención es, o debe ser (hay mucha confusión al respecto), colocar en los nudos de nuestra retícula cristalina los flecos, lunares o pestañas que hemos ido dejando por ahí a lo largo de la semana.

No hay más que elegir el tipo de red que uno desea (hexagonal, cúbica, cúbica centrada en las caras, romboidal...) y decidirse con firme voluntad a colocar lo que uno quiera colocar en el vértice que uno desee. Hay de sobra.

Algunos no confían en las pildoras, sin embargo.

Nata Hernández dijo...

Y yo que pensé, Sr. Clausius, que estaba usted ya criando malvas.
Es un honor tenerle entre nosotros. A los pies de su señora.

Anónimo dijo...

Saber distinguir al hombre de palabras del hombre de hechos.
Es una distinción única; igual que la del amigo de la persona y el amigo del cargo, que son muy diferentes.
Es malo, sin tener palabra buena, no tener malos hechos. Pero es peor, sin tener palabra mala, no tener buenos hechos.
Ya no se come con palabras, que son viento. Ni se vive de cortesías, que es un cortés engaño. Cazar las aves con luz es el verdadero encandilar. Los presuntuosos se satisfacen con viento. Las palabras deben ir acompañadas de hechos y, así, tener valor. Los árboles que no dan fruto sino sólo hojas no suelen tener corazón. Conviene conocerlos. De unos se obtiene provecho, pero otros sólo dan sombra.

Anónimo dijo...

¿Góngora, Gracián? ¿Se está complicando la cosa?

Lunares y más lunares...

Nata Hernández dijo...

Bueno, otro anónimo, qué bien, así nos vamos conociendo todos.
:)

Gálago dijo...

Me encanta el artificio, ¡pero tu caja está mucho más bonita al natural! ;)

Eva G. Paule dijo...

JUER CON EL ANÓNIMO...JAJA!!
Me encanta la caja!! :)

Issa dijo...

Muy bonito el diseño. Me recuerda a las pinturas de los aborigenes australianos. Felicidades por tu trabajo.