Cementerio de farolas



Como soy torpe por naturaleza y suelo sembrar el caos a mi paso, siempre he sentido la tentación de dar pagana sepultura a todo bicho no viviente que cae en mis manos y luego de ellas y, por lo que veo, no soy la única. Qué grato y narcótico me resulta constatar que lo que pensaré mañana ya fue pensado ayer.    

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Desconectada del mundo virtual desde hace mucho tiempo quiso la casualidad que esta mañana de Domingo me acordara de ti Nata. Y mira tú que me encuentro con esa foto en tu blog, con esa pinza en el ombligo que tan mágicos y emocionantes recuerdos me trae ;)
Hace mucho que no hablamos!
Besotes y abrazos grandes desde Asturias!!! ¿ya adivinaste?
Alejandra.

Nata Hernández dijo...

¡Pero cuánto tiempo, Alejandra! ¡Qué alegría leerte! ¿Cómo estás? ¿Qué tal todo? Ay, escríbeme un correo cuando tengas un ratito y me cuentas. Qué buenísimos estos aires asturianos para mojarlos en el café...
¡Besos obesos para ti!
Nata

Anónimo dijo...

Que no encuentro tu correo Nata! De lo contrario ya lo hubiera hecho. Si por casualidad encuentras el mío mándame un "Hola" y te contesto.
Alejandra