Morrissey


Abrir la ventana del hotel y darme de bruces con la Fontana di Trevi podría haber sido lo más de lo más de no ser porque, al caer la tarde, me esperaba el plato fuerte del viaje: Morrissey y su camisa desbocada. Es una pena que Blogger no me permita subir los vídeos del concierto, porque fue una risa ver cómo los romanos, más calientes que el asfalto de Georgia, se lanzaban como auténticos tarados al escenario para tocarle el tupé al de Mánchester y eran placados uno a uno y sin piedad por unos gorilas que ríete tú de Maguila... 


5 comentarios:

Z0MBI dijo...

Qué pasada, Natula. Pero, por el bien de la humanidad, habría que enviar un terminator al pasado que acabara con la progenitora del Amadís de Gaula este tan lindo.

Nata Hernández dijo...

Qué feliz se vive de espaldas a la realidad...

Mecacholo dijo...

Jodía, qué suerte. ¿Hiciste el viaje por el concierto o fue casualidad? Un besito.

Nata Hernández dijo...

Fue un secuestro exprés, Meca. Yo quería ir a Cuenca a comer zarajos y acabé montada en una Vespa rumbo al concierto. Rezo a la Virgen del Huerto para que Morrissey no lea este comentario tan ordinario y cruento, que se las gasta finas el amigo con los débiles de estómago que sucumbimos a los placeres de la carne...

Mecacholo dijo...

Reza mejor a la Virgen del Matadero... :)