Ay, señorita Natulera, sus palabras calan hondo en el alma de este viejo inquisidor que, cual personaje de mundana égloga pastoril garcilasiana, no puede sino permitir que las lágrimas salgan sin duelo y corredoras. Manuela, de un modo o de otro, estaba allí con vos, entrambos. ¿No visteis su reflejo en vuestros ojos?
5 comentarios:
Ay, señorita Natulera, sus palabras calan hondo en el alma de este viejo inquisidor que, cual personaje de mundana égloga pastoril garcilasiana, no puede sino permitir que las lágrimas salgan sin duelo y corredoras. Manuela, de un modo o de otro, estaba allí con vos, entrambos. ¿No visteis su reflejo en vuestros ojos?
y seguro que a ella le encantó ir con vosotros, aunque fuera en modo invisible (qué bonitos tú y tu padre, nata...)
Ese día,la eche mucho de menos.Lógico estaba en Santiago.
Gracias por la foto cuidalo.......
besos desde mi granero.
Esto es hermoso. Triste y hermoso.
lloro
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